viernes, 24 de agosto de 2012

Edicson Ruiz quiere ser "el mensajero" del Arco de Oro”

Por María Fernanda Espinoza para www.unionradio.net

“La vida misma te va llevando de meta en meta por todo el camino, que al final, uno nunca sabe cual va a ser” dice Edicson Ruiz, acerca de cómo ve la vida en relación a sus logros. Sin embargo, cualquiera mortal que hasta el día de hoy evalúe su transitar, puede ver, tan claro como el horizonte, de qué estará lleno su porvenir.

Y es que Edicson, con 27 años, y desde hace 10 contrabajista de la Filarmónica de Berlín -convirtiéndose así no sólo en el primer músico hispanoamericano de esta orquesta, sino también en el miembro más joven en toda su historia- podría ser la perfecta humanización del aforismo que reza: “cada quien recoge lo que siembra”.

Antes de este gran logro cosechó otro muy importante: a los 15 años se convirtió en el laureado más joven en la historia de la Sociedad Internacional de Contrabajistas al ganar el primer premio, que tuvo lugar en Indianápolis, y hace pocos días, los primeros de julio de 2012, Ruíz fue honrado con el premio “El Arco de Oro” que otorga anualmente la Fundación Escuela de Lutheria de Brienz en Suiza a los ejecutantes de cuerda más prominentes.

“Es una distinción que todavía no creo porque ha sido entregada a las máximas figuras de las cuerdas (…) a los grandes ligas”, expresa con incredulidad este músico caraqueño acerca del reconocimiento, apurándose a afirmar que no se siente digno de estar en ese grupo, “pero lo recibo con los brazos abiertos y voy a ser un mensajero”.

Nació en la Maternidad Concepción Palacios y vivía en La Candelaria, Caracas, antes de residenciarse en la capital alemana, Berlín. Edicson, quien identifica a una de las más grandes creaciones de la constancia, el esfuerzo y de “El Sistema” -fundado por el Maestro José Antonio Abreu- expresa que “uno va tejiendo el futuro enamorado de lo que hace” y que nunca imaginó todo lo que estaría viviendo ahora.

“Afortunadamente siempre he sentido ganas de lograr metas que yo mismo pienso que son imposibles de realizar. Son ganas de comerme ese reto, pero si lo logro o no, es irrelevante (…) el récord mundial o la medalla de oro son cuestiones del destino”, asegura.

Su transitar está sembrado ya, irremediablemente, de la dignidad de la primera vez que sucede o el más joven que lo logra en el mundo de su instrumento y de los sonidos académicos. Pero no se detiene. Tiene en su haber tres producciones discográficas que él llama “documentos”, pues “abarcan los conciertos más bellos de la historia escritos para contrabajo, que son los conciertos del siglo XVIII, de afinación vienesa”.

“Es un documento único porque no han sido grabados antes en su manera original: con instrumentos históricos, desde los facsímiles de los autógrafos de cada compositor”, explica.

Este caraqueño que ya le ha dado dos veces la vuelta al mundo, manifiesta que “lo más bonito que está pasando” es que está consolidando su carrera como solista y está dejando inmortalizado, a través de sus producciones discográficas, el resonar profundo e imponente de su contrabajo y de la obra escrita para él.

Como solista, visitará próximamente países que no había pisado con esa investidura tal como Austria, Finlandia, Suecia, Francia.

“Venezuela tiene condiciones inmejorables para la música y va en ese camino, de ese sueño, que es que la música clásica sea parte de nosotros”, sentencia Edicson Ruiz, quien desde hace años habla sin creérselo desde ese podio que se erige en el orgullo de la música y los músicos de su país, como uno más de ese “conglomerado de estrellas”, por el que emocionado, afirma haber sido absorbido.